Con dos equipos muy ofensivos la labor de los porteros iba a ser fundamental en el desarrollo del partido, y así sucedía. Por primera vez en mucho tiempo, los dos cancerberos de una final eran españoles y en este primer choque el puesto bajo los palos debe corresponder al portero de Valladolid, siendo Tommy Martin (CPLV) más eficaz en el desempeño de su función, consiguiendo un 87,1 % de efectividad frente al 83,3 % de su rival y a pesar de encajar un gol más (4/31 para Tommy por 3/18 para Javier Tordera). Gracias a su actuación CPLV se podía ir con ventaja al vestuario y mantener sus ilusiones intactas hasta los últimos cinco minutos. Sin resaltar especialmente ningún jugador, los cuatro que figuran consiguieron dos puntos, sobresaliendo Chuck Baldwin (MOL) con sus dos goles magníficos goles, el primero del empate y el tercero, el del inicio de la victoria canaria (3-4), a poco del final. Absoluto protagonista del primer punto canario en la serie final, fue letal para los pucelanos, que temblaban cuando el puck llegaba a sus manos. No puede faltar, Andreu Tomás (MOL), también con dos puntos en momentos clave: el segundo gol amarillo que permitía a los insulares hacerse con el mando del partido y la asistencia en el cuarto, para sentenciar el choque . Les acompañan jugadores del equipo perdedor; el impresionante Edu Requena (CPLV), muy presente en toda la ofensiva local y autor de dos de las tres asistencias de CPLV. Muy mandón, su presencia incomodaba permanentemente al equipo de Las Palmas, concitando la atención sobre él y permitiendo más libertad de movimiento a sus compañeros. Completa la línea su compañero y capitán Marcos Pérez (CPLV), autor de dos de los goles pucelanos, el primero, sobre la bocina del descanso, que hacía soñar a la afición pucelana, y el último, que también ilusionaba a la parroquia local imaginando lo inimaginable y volviendo a meter a CPLV en el partido, aunque fuera al filo de la bocina y sin tiempo para más.
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