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martes, 1 de febrero de 2022

Copa del Rey. Cartagena 2022. Molina repite por tercera y consecutiva vez.

 
Estrenaba escenario la competición para albergar la ciudad murciana, el último fin de semana de enero y simultáneamente, las Copas del Rey y la Reina. 
Su Palacio de Deportes con capacidad para casi 5.000 espectadores, con una pista temporal de piso plástico de 50 x 25 m albergaría los diez partidos de la doble competición. Bajo la organización del Club Tiburones de Cartagena, la Federación Murciana y la Española, los partidos eran televisados en streaming en varias plataformas, y las finales también por el canal nacional de Teledeporte.
Repitiendo el extraño formato de la edición anterior, los participantes eran los seis mejores equipos de la liga al terminar la primera vuelta, con la particularidad de que los dos primeros accedían directamente a semifinales mientras que previamente los terceros clasificados se enfrentaban contra sextos y los cuartos contra los quintos, en los dos únicos partidos de cuartos de final. 
Con este singular formato se podía organizar la competición en tres jornadas de un fin de semana, disputando cuartos y semifinales el sábado 29 y la final el domingo 30. 
Las novedades con respecto al mismo formato de la edición anterior eran la no disputa del partido por el bronce y el arbitraje mixto, contando para la ocasión con la presencia de las colegiadas Calero y De La Pomba y de los trencillas Combarro, García, Oliva y Ros. 
Con la incógnita del complicado momento sanitario, se celebraba con gran satisfacción en el staff organizativo la presencia al completo de los seis equipos, CPLV, Tres Cantos, Molina, Rubí, Espanya y Las Rozas, (unos más completos que otros), muchos de ellos llegando directamente a jugar sin haber pisado la pista previamente. 
Empezaban los cuartos de final, la mañana del sábado 29, muy temprano (9 h canaria) con el cruce entre el 3º y el 6º clasificado. En principio el duelo entre canarios y madrileños tenía claro favorito ( en liga su enfrentamiento en Las Rozas se saldaba con el claro marcador de 0-9) y máxime cuando Caníbales se presentaba "en cuadro" por las bajas sanitarias. 
Molina - Las Rozas (7-2), los grancanarios haciendo honor a su status acorralaron desde el inicio a Caníbales que se defendía como podía del continuo acoso amarillo. El primer gol llegaría pronto (1-0) min 15, en un rebote para luego, una contra culminada eficazmente en jugada personal subía un sorprendente empate al marcador en el ecuador de la parte (1-1) min 10. Posteriormente, las faltas a las que tenía que recurrir Las Rozas, inclinaban claramente hacia el lado canario, un partido previamente sentenciado, con unos segundos finales de parte en los que Las Rozas encajaba dos goles seguidos. Al descanso se llegaba con un luminoso de (4-1) y unos aclarativos porcentajes de tiros recibidos (1/5 y 4/26, respectivamente). 
En la segunda mitad, con todo el pescado vendido y cambio en la portería roceña, Molina se gustó, siguió enlazando bellas jugadas y encandilando al personal aunque sorprendentemente no cambiara de portero, a pesar de haber aumentado su cuenta seis minutos después (7-1) min 15. Luego el ritmo se ralentizó, pensando los insulares en el cruce de semifinales y, Las Rozas sobre la bocina conseguía anotar otro tanto de jugada personal dejando el marcador definitivo en (7-2) y los porcentajes de tiros recibidos en 2/20 y 7/48. 
En cambio, el segundo partido de la mañana entre cuartos y quintos clasificados era un más incierto
Rubí - Espanya (2-3), que se resolvió del lado bermellón, no sin cierta intriga. Con dos equipos que se conocen muy bien, el resultado en liga en noviembre, fue de victoria balear en Rubí (2-6). Ahora y por diferentes razones, Rubí cotizaba al alza (cuatro victorias seguidas) y en cambio España a la baja (tres derrotas consecutivas). Pero en el torneo del KO los antecedentes no sirven, prima la prudencia y el primer gol se hizo esperar. En una primera parte muy especulativa y con dominio balear, Rubí desperdició una falta mallorquina y en el tramo final y tras una falta coincidente Espanya se adelantaba en una buena jugada (0-1) min 6, resultado con el que se llegó al descanso, con unos porcentajes de tiros de 1/8 y 0/14, a pesar de que Espanya dispuso de una superioridad. 
Con el resultado en el alero, empezaba la segunda mitad con Rubí asumiendo el mando y decidido a remontar, utilizando para ello su fondo de armario para cansar al veterano portero balear. Con los ánimos más caldeados, una nueva falta rubinesa permitía aumentar la cuenta mallorquina (0-2s) mi 10, en el ecuador de la parte, pero la respuesta de Cent Patins fue inmediata, recortando de igual manera (1s-2) min 8. El marcador era balear pero el juego y el dominio, catalán, dando el acoso sus frutos a poco del final en forma de empate en una refracción (2-2) min 4. Fueron cuatro minutos de incertidumbre que interrumpió una última falta rubinesa a 22 segundos de la bocina y que Espanya utilizó de manera impecable para llevarse el partido en la prórroga (2-3s) min 8 y pasar a semifinales, dejando a un Rubí, que mereció más, en la cuneta. Los porcentajes finales de tiro son bastante elocuentes (3/23 para Rubí y 2/34 para Espanya). 

Para la tarde esperaban las semifinales que comenzaban con el emocionante duelo 
Tres Cantos - Molina (3-4), después de ver el excelente juego desplegado por los insulares en la mañana. Aunque en sus dos enfrentamientos de la temporada (supercopa y liga), se había impuesto el equipo madrileño, en el torneo del KO cualquier cosa podía suceder. Sin el rodaje del partido matutino, Tres Cantos era víctima de salida, del aplastante dominio insular que no tenía efecto en el marcador gracias a la inmensa labor en su portería. De cualquier forma fue tanto el cántaro a la fuente que en el tramo final Molina abría el marcador en un rebote (0-1) min 5, encarrilando por fin el partido a su favor y finalizando así la parte, con unos explicativos porcentajes de tiros (1/25 para Teed y 0/3 para Virta).
Salió Molina a la segunda mitad con la seguridad que aportaba el marcador a favor y el buen juego exhibido y con Tres Cantos, más aclimatado a la pista, esperando su momento. Que llegaba en un semigol que los árbitros anularon por no cruzar la pastilla la línea de portería. El dominio seguía siendo isleño pero una inmediata falta kamikaze no tenía beneficio en su marcador con lo que los ánimos de Tres Cantos se dispararon, al contrario que los de Molina. Kamikazes se iba creciendo cada vez más y cuando en la recta final Molina cometía su primera falta, Tres Cantos la aprovechaba magistralmente para empatar (1s-1) min 5. Nada de lo anterior servía y en el nuevo y corto partido generado, el más listo era Kamikazes que con una jugada individual (2-1) min 4 y gran disparo (3-1) min 3, se ponía con ventaja por primera vez en todo el partido volteando un marcador adverso a muy poco del final. El inmediato tiempo muerto canario sirvió para tomar la drástica medida de jugar a partir de entonces sin portero. Y les salió genial, recortando dos minutos después (3-2) min 1 y empatando antes de la bocina (3-3) ante unos incrédulos kamikazes que dejaban escapar la agonizante presa. En la prórroga, tras su increíble remontada el equipo crecido era Molina, y el resultado no podía ser otro que un merecido pase a la final para ellos con un último gol (3-4) min 8, de excelente combinación. Los porcentajes finales de tiros recibidos fueron de 4/41 y de 3/26 respectivamente. Con la victoria Molina certificaba el pase a su cuarta final y de forma consecutiva. 

La segunda semifinal que emparejaba a pucelanos y baleares, se presentaba igual o más emocionante que la primera. 
CPLV -Espanya (6-2). Con cierta prudencia pucelana por el desconocimiento de la pista y una baja muy importante por sanción en Liga, CPLV salía a pista ante un conjunto ya rodado, en teoría más cansado y al que había derrotado previamente en liga en Mallorca (3-5). Con esas premisas empezó el partido con dominio balear y muy pocas llegadas a portería. Sin apenas interrupciones y a un ritmo cansino ningún equipo arriesgaba en exceso especulando con el resultado y con la premisa de que el que marcara primero tendría mucho ganado. De tal manera que el partido, con la única interrupción de un tiempo muerto balear, llegaba al fin de su primera mitad sin movimiento en el marcador y unos significativos porcentajes de tiro (0/9 y 0/7, respectivamente. 
A la segunda parte, salieron los pucelanos con otra disposición, forzando una pronta falta balear que aprovecharon de forma diferida para abrir el marcador (1d-0) min 16. Pero no se esperaban la inmediata respuesta de Espanya, que de un gran disparo empataba el choque (1-1) min 16 y poco después de la misma manera se adelantaba en el marcador (1-2) min 12. El partido había cambiado su textura y en plena efervescencia de juego, CPLV conseguía volver a igualar de un gran disparo (2-2) min 10. Las tablas en el marcador serenaron un tanto el juego hasta que una nueva falta bermellona posibilitaba a un eficaz CPLV el volver a a sumir el mando del luminoso (3s-2) min 6. Con poco tiempo por delante para revertir el marcador, Espanya debía asumir riesgos en ataque y eso le costó un nuevo gol (4-2) min 3, que ahora sí ponía a los mallorquines contra las cuerdas. Jugando desde entonces sin portero y a desesperada, dos nuevos goles pucelanos, a puerta vacía, configuraban un marcador final de 6-2 y el pase nuevamente a una final de CPLV. 


Para el domingo quedaba el desenlace, la final. Se veían las caras los equipos más regulares de la liga. Muy igualados, además CPLV recuperaba para la ocasión a su jugador sancionado. Otra vez al alba, el
Molina - CPLV (4-1), defraudó en cierta medida en cuanto a emoción; tan solo 29", lo que tardó el equipo isleño en batir la meta pucelana de un fuerte disparo (1-0) min 19. Luego, todo le saldría a pedir de boca. Con todo en contra, la reacción de CPLV no se hizo esperar ante un equipo como el canario, a la espera del menor error para sentenciar. Intentando la remontada, lograron forzar una falta, pero un Molina muy concienciado en defensa impidió la igualada, robando incluso la pastilla y aumentando su cuenta en inferioridad (2i-0) min 13. La suerte para los pucelanos fue que en tiempo restante de superioridad marcaran (2-1s) min 12, minimizando los daños. De cualquier forma, en pista se veía más color amarillo que negro; como que tuvieran más jugadores. Con más energía, Molina parecía tener una marcha más mientras CPLV siempre iba a remolque y el desenlace fue una falta pucelana ante la impotencia de la situación que derivó en un tercer gol canario (3s-1) min 5. Con el partido cuesta arriba, CPLV aun dispuso de una nueva superioridad antes del descanso, pero nuevamente la suerte y la buena defensa amarilla impidieron que el marcador variase sus dígitos, aun jugando sin portero. Hasta entonces los porcentajes de tiros eran 1/10 y 3/19, respectivamente. 

A la segunda mitad, salieron los amarillos con el mismo guión que a la primera, y como si se tratase de una maldición pucelana, aumentaban su cuenta otra vez nada más recuperar a su cuarto jugador (4-1) min 18. Con media final en el bolsillo muy mal lo tenía que hacer Molina para dejarse arrebatar el partido. Y así sucedió. Con un CPLV con más ganas que ideas, era Molina el que seguía llevando la voz cantante observando como el crono corría a su favor y el título cada vez estaba más cerca. Con una falta más por bando y sin variaciones en el marcador el partido terminaba con la gran victoria canaria y unos porcentajes de tiros recibidos de 1/23 y4/27, respectivamente. Tercer título, y consecutivo, para Molina que está marcando una época en el torneo del KO. 

¡Enhorabuena a Molina por el juego exhibido y a Tiburones y Cartagena, por la organización!

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