Superpuesta a la competición femenina, la masculina también iniciaba la temporada 2024/25, como viene siendo habitual desde hace bastantes temporadas, y lo hacía en esta edición en el primer fin de semana de octubre y como antesala de las primeras jornadas de liga élite, que se disputarán en dos semanas.
También en esta ocasión se celebraban las dos competiciones en la misma localidad, siendo Sant Adriá de Besos, sede del Club Tucans, la población elegida y su Polideportivo La Pau, el escenario.
Se disputaban las semifinales el sábado por la tarde y las finales, el domingo por la mañana, comenzando con las masculinas, en el peor de los horarios.
De tal manera que los canarios, vigentes campeones y Campeones de Europa eran los encargados de inaugurar la competición, a las tres de la tarde (hora canaria) el sábado frente a Castellón, para a continuación jugar CPLV y Rubí y continuar con la competición femenina en prime time.
En cuanto a la competición masculina los equipos con billete eran el Club Molina Sport ACEGC, el Caja Rural CPLV, el HC Rubí Cent Patins y el HC Castellón, quedando emparejados de la siguiente manera: el campeón de liga se enfrentaba al cuarto equipo, Castellón y el subcampeón CPLV, al tercero en discordia, Rubí.
Semifinales. La primera semifinal enfrentaba a canarios y castellonenses, estrenando los amarillos pista y pudiendo ese detalle influir en el resultado
Molina 10 Castellón 4. Era el primer enfrentamiento de la temporada para los isleños mientras Gladiators conseguía ligar algún amistoso previo. Molina, además de la muchas bajas en la plantilla, tenía el handicap de no haber pisado antes La Pau y con dos caras nuevas se presentaba a jugar con las mismas intenciones de siempre, ganar y en este caso, renovar el título. Pese a la poca puesta a punto y las significativas ausencias, Molina no debería tener problema para acceder a la final, frente a un Castellón enteramente español y que intentaría hacer frente a los canarios con sus eficaces armas de siempre. Pero su planteamiento táctico no llegaba a funcionar, pues nada más comenzar una acción individual amarilla marcaba las diferencias (1-0) min 23 y seguramente el devenir del partido. Pero nada de eso, pues en la siguiente jugada HCC empataba de buena jugada (1-1) min 17. Volviendo a situar el puck en la casilla de inicio, sería la primera falta castellonense la que permitía volver a adelantarse a Molina y de forma diferida (2d-1) min 11. Nuevamente, la respuesta Gladiator era inmediata, esta vez en una refracción (2-2) min 10. Poco tardaban los atlánticos en responder de acción individual (3-2) min 7 y en agrandar, poco después, la brecha en el marcador, con sendos goles en superioridad (4s-2) min 5 y (5s-2) min 3, para asegurando el marcador, llegar al descanso con una cómoda ventaja de tres goles y unos porcentajes de tiro de 2/10 y 5/19.
En la segunda mitad al equipo levantino, con el partido perdido, le tocaba mover ficha; y en la disyuntiva tesitura de atacar a lo loco y sorprender/ser sorprendidos o dedicarse a defender intentando no recibir una excesiva reprimenda, los mediterráneos encajaban dos nuevos goles (7-2) min 14, para, tras un receso en el ecuador de la parte (a causa de dos coincidentes consecutivas), los vigentes campeones seguir aumentando su cuenta gradualmente, hasta el 10-4 final, con dos nuevos goles de Castellón en el tramo final y cuando ya Molina había sustituido a su portero titular.
Partido arbitrado por A. Calero y VM. Jiménez que sancionaban con tres faltas a Molina y seis a HCC. Los porcentajes de tiros recibidos fueron de 4/22 y 10/36 respectivamente, anotando los goles isleños Ch. Baldwin (3), K. Mooney (2), J. Andrysek (2), G. Jiménez, A. Pérez y P. Zasadny. Los goles de Castellón eran obra de M. Domínguez (3) e I. García.
En la segunda semifinal se enfrentaban vallisoletanos y rubineses
CPLV 2 Rubí 3. A priori, más igualada que en la anterior (segundos contra terceros), a posteriori también lo resultaba, con los espartanos sacando finalmente oro del envite. Sin apenas cambios en sus filas, Rubí se había reforzado con un par de caras nuevas y jugando "en casa" iba a resultar un partido muy entretenido frente a un CPLV superior, pero diezmado en sus filas y con una sola cara nueva. Típico partido de eliminatoria entre dos rivales que se conocen muchísimo, la consigna era no cometer pifias. Y con dominio pucelano y peligrosas contras espartanas, se atravesaba el ecuador de la parte, cuando Valladolid ligaba una buena jugada para adelantarse en el marcador (1-0) min 8. Un tiempo muerto rubinés servía para ajustar sus líneas y con pocas ocasiones claras de gol, el partido llegaba a la bocina del descanso, con ese escaso margen y unos porcentajes de tiro de 0/7 y 1/16, respectivamente.
En la segunda mitad Rubí, concienciado tras la arenga en vestuarios, mostraba su talante más incisivo, de tal manera que pronto lograba empatar en acción individual (1-1) min 16. Pero el exceso de motivación catalán provocaba una sanción y como consecuencia, gol castellano en superioridad (2s-1) min 12. Poco había durado la alegría en el banquillo espartano, pero sin mermar en sus ímpetus, enseguida volvían a igualar en un afortunado lance (2-2) min 8. El partido entraba en su último tramo con las espadas en alto y aunque el dominio era pucelano se veía con más peligro a Cent Patins, por lo que el partido se podía inclinar para cualquiera de los bandos.
Y en ese tira y afloja, y quien más quien menos pensando en prórroga, llegaba una falta pucelana a 37" del final y que finalizaba con gol sobre la bocina, en forma de superioridad espartana diferida (2-3d). Alegría incontenible en el lado catalán e incredulidad en la parte castellana para un increíble final de partido que permitía a Rubí volver a acceder a una final y descabalgaba de la misma a un CPLV desbordado por la situación. Bien arbitrado por D. Cañas y J. Fernández, sancionaban con una sola falta a cada equipo. Los porcentajes finales de tiros recibidos eran 3/25 y 2/30, respectivamente.
Final.
Molina 7 Rubí 1. Inesperada final con dos equipos que se conocen muy bien y que desde el pitido inicial conocían el desenlace final. Lo que desconocían era la velocidad a la que se iba a producir y, si Molina no anotaba en su primer acercamiento, con un posible gol fantasma, lo hacía en el segundo de buena jugada (1-0) min 18. Luego, mostrando una superioridad insultante a la que no podía hacer frente Rubí llegaron cuatro tantos seguidos, sobre el ecuador de la parte (5-0) min 9 que finiquitaron el partido, ante la notoria incapacidad defensiva espartana y a pesar de un tiempo muerto intermedio.
Con el partido resuelto, una falta insular en el último tramo de parte alegraba un tanto los ánimos "locales" pero ni así lograba meterse en el partido Rubí. Los porcentajes de tiro al descanso lo expresaban todo, 0/6 y 5/12, respectivamente.
En la segunda mitad, con el título decidido, dos faltas muy seguidas amarillas aderezaban su inicio, pero ni por esas. En doble inferioridad los canarios conseguían anotar para aumentar su cuenta (6ii-0) min 15, ante un desconsolado Rubí, que no sabía dónde meterse. Ni siquiera aprovecharon el resto de superioridad pendiente, lo que provocaba el cambio en la portería intentando levantar los ánimos del equipo. Y ciertamente funcionaba. Molina se encontraba ahora frente a una muralla en portería y ni siquiera una superioridad lo conseguía. Rubí se reactivaba y despertaba del letargo, de tal manera que los últimos minutos de partido resultaron bastante entretenidos con acoso absoluto a la portería de Cent Patins y buenas contras, con el resultado de un gol espartano (6-1) min 4, y otro amarillo en una nueva superioridad (7s-1) min 2.
Partido arbitrado por A. Calero y D. Cañas que sancionaron con 3 faltas a Molina y con 4 a Rubí.
Los porcentajes finales de tiros recibidos fueron de 1/15 y de 7/27 respectivamente, anotando los goles canarios O. Sierra (2), K. Mooney, M. Díez, G. Jiménez, J. Andrysek y Ch. Baldwin y mientras el de Cent Patins lo lograba E. Alfaro.
De esta manera, Molina conseguía su tercera Supercopa, enlazando título tras título sin encontrar rival en el camino. ¡Enhorabuena al Campeón!
Novedad para esta edición era la nueva productora encargada de la retransmisión y que se estrenaba con buena calidad de imagen y acertados comentarios. Pero el excesivo protagonismo de los comentaristas (robando muchos minutos de imagen a lo que ocurría en pista) y la mala edición/realización, sin cronometro ni resultado en pantalla en momentos clave y con cámaras inútiles detrás de portería (por el cerrado cordaje de protección de los fondos que impedía la correcta visión) penalizaron una retransmisión que hubiera resultado excelente.
Buena organización con gradas llenas en los partidos de los equipos locales y enorme retraso sobre el horario programado en las finales.
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