Repitiendo formato por tercera edición consecutiva, (compitiendo los seis mejores equipos de la liga al término de la primera vuelta) con la singularidad de que los dos primeros acceden directamente a semifinales mientras que previamente, los terceros clasificados se enfrentaban contra sextos y los cuartos contra los quintos, en los dos únicos partidos de cuartos de final. Con este peculiar formato se variaba en esta edición la organización, para disputar las tres jornadas en tres días en vez de dos, de tal manera que los cuartos eran el viernes 20, las semifinales el sábado 21 y las finales el domingo 22.
Seguía sin disputarse el partido por el bronce y el arbitraje mixto, contaba para la ocasión con la presencia de las colegiadas Alba Calero, Isabel Rodríguez y Andrea Santiño y de los trencillas David Cañas, Juan Combarro, Alejandro Herrero, Andreu Román y Alexey Roshchyn.
Empezaban los cuartos de final, la tarde del viernes tras los partidos de las mujeres, con el cruce entre el 3º y el 6º clasificado. El duelo entre castellonenses y rubineses no tenía claro favorito. En su enfrentamiento de liga hacía 15 días en Castellón se había impuesto Castellón (3-0) aprovechando muy bien sus oportunidades pero no fueron tan superiores. Y en el
Castellón - Rubí (0-2), se demostró desde el inicio. Esta vez Rubí anotaba pronto (0-1) min 16 y amparado en un gran defensa y en una primera parte muy parsimoniosa, los pocos ataques castellonenses eran repelidos con eficacia. Además en el último tramo otra gran jugada rubinesa se transformaba en el segundo de Cent Patins (0-2) min 6, poniendo el partido muy a su favor. Con ese luminoso y unos porcentajes de tiro de 2/10 y 0/6, que dan idea del juego ofrecido, se llegaba al descanso.
En la segunda mitad, Gladiators salía con otra actitud más ofensiva, pero la extraordinaria labor bajo los palos espartanos impedían cualquier intento de recortar la diferencia. Con el tiempo transcurriendo y las prisas como malas consejeras, Castellón cometía su primera falta, que afortunadamente para ellos no tuvo repercusión. Además Rubí hacía lo propio y con una coincidente por medio, dispuso Castellón de 4' de superioridad para haber podido empatar el partido. Y no lo consiguió. ¿Fallo en la superioridad? ¿Eficacia defensiva? En los últimos cinco minutos, aun sacando a su portero, Castellón no pudo perforar la meta rival y con cierto desencanto debía abandonar la competición. El rival de Molina en semis sería Rubí que mostrando muy buenas maneras era merecido ganador. Los porcentajes finales de tiros eran 2/19 y 0/22 respectivamente y los goles, obra de D. Coronas y A. Pérez.
En cambio, el segundo partido, entre cuartos y quintos clasificados parecía más decantado hacía los peninsulares, aunque en septiembre y en el primer partido de liga el resultado fuera un claro 7-0 local en un mal partido tricantino. Pero el Tres Cantos - Espanya (4-2), comenzaba como en el choque anterior, poniéndose pronto del lado del desfavorecido en las apuestas, con una gran jugada personal (0-1) min 15. No se lo esperaba Tres Cantos, pero tampoco le afectaba tanto, y más pronto que tarde y en tres minutos de desconcierto rival daba la vuelta al luminoso y encaminaba claramente el partido a su favor con tres goles consecutivos (3-1) min 6. El tiempo muerto bermellón, no solucionaba gran cosa y la primera falta insular daba pie a poder aumentar la cuenta. No fue así y con ese marcador y unos porcentajes de tiro de 1/9 y 3/13 se llegaba al descanso.
Y en la segunda mitad, con el marcador a favor y pensando en no desgastarse en exceso el juego y el dominio pasaron a ser baleares pero, sin fruto hasta que poco antes del ecuador de la parte un tirazo balear metía a los mallorquines en el partido (3-2) min 12. Fueron unos minutos de cierta emoción hasta que Espanya cometía una inoportuna falta que Kamikazes aprovechaba para volver a colocar la diferencia en dos goles a falta de ocho para el final (4s-2) min 8. Una nueva falta mallorquina aunque no era aprovechada permitía encarar a Tres cantos con mayor tranquilidad los últimos minutos y aunque Espanya jugara sin portero los últimos minutos el resultado no variaba y Tres Cantos accedía con justicia a semifinales donde le esperaba el equipo anfitrión. Los porcentajes finales de tiro son bastante significativos (2/25 para Tres Cantos y 4/22 para Espanya). Los goles de Tres Cantos fueron obra de J. Tomás, A. Bernabeu, E. Sin y M. Caba haciendo los de Espanya sus dos norteamericanos.
Para el sábado esperaban las semifinales que comenzaban con el duelo Molina - Rubí (3-0), que Molina controlaba a su antojo y que se llevaba con solvencia merced a tres goles en superioridad. El que abría la lata, antes del ecuador de la primera mitad (1s-0) min 12 y dos más en el último tramo de la segunda (2s-0) min 6 y (3ss-0) min 3, después de llegar al descanso con unos esclarecedores porcentajes de tiro de 0/3 y 1/16.
Sin apenas gasto físico en la segunda mitad, y sin movimiento en el luminoso, Molina encaraba su cuarta final seguida con la firme convicción de poder llevarse el título y Rubí caía eliminado pese a mejorar su eficacia atacante, 0/17 y 3/32 de porcentaje de tiros recibidos, respectivamente. Los dos primeros goles amarillos los anotaba D. Gutiérrez y el último Ch. Baldwin.
La segunda semifinal, que emparejaba a pucelanos y tricantinos, se presentaba más emocionante que la primera, dando fe de ello el aspecto de las gradas, sin apenas huecos. Muy igualadas las plantillas, se habían visto las caras dos veces esta temporada, con un empate (2b-2) y bonus para CPLV en la supercopa y victoria kamikaze (6-4) en Liga, a principios de diciembre en Tres Cantos.
CPLV - Tres Cantos (4-3). Con esos antecedentes salían los locales muy ofensivos dispuestos a resolver cuanto antes, aliándose con ellos la suerte enseguida en forma de efectiva combinación que les ponía por delante (1-0) min 17, y que en partidos cortos y a cara o cruz, es una garantía. Y máxime cuando el rival te ofrece la ventaja, al momento, de una primera falta que les supone aumentar la cuenta en superioridad (2s-0) min 15. Dos goles de diferencia, recién empezado el partido, eran una ventaja generosa que CPLV no iba a desperdiciar y dejándose dominar a partir de entonces y dejando correr el crono, todos los ataques kamikazes se estrellaban frente a la muralla pucelana. Ni siquiera la primera falta pucelana variaba el luminoso y con el partido a punto de cerrar la primera mitad un tiempo muerto local resultaba contrario a sus intereses pues llegaba el primer gol tricantino de buena combinación (2-1) min 3. Kamikazes se metía en el partido y además comenzaba la segunda parte en superioridad. Hasta entonces los significativos porcentajes de tiro eran 1/10 y 2/5, respectivamente.
A la segunda mitad, salían los pucelanos con 80" de inferioridad pendiente y conscientes de la importancia de la jugada. Perfectamente defendida, además lograban anotar en inferioridad (3i-1) min 19. Nuevamente tenían el luminoso donde querían, controlaban el partido y con ello, antes del ecuador de la parte aumentaban su cuenta de gran combinación (4-1) min 12. Pero si algo caracteriza a Kamikazes es su fe ciega, y con todo perdido y algo de fortuna, recortaban la ventaja pronto (4-2) min 7, para ponerse a un gol diferencia enseguida (4-3) min 5, brindando al respetable unos últimos minutos plenos de emoción aunque sin movimiento en el marcador y pese a jugar Tres Cantos sin portero los últimos minutos. Los porcentajes finales eran 3/19 y 4/10, respectivamente, los goles pucelanos de G. Jiménez (3) y R. Sinovas y los tricantinos de M. Caba (2) y J. DiMartino. CPLV nuevamente se metía en una final.
Para el domingo quedaba el desenlace, la final. Se veían las caras los equipos más regulares de la liga. Primero y segundo repetían duelo esta temporada. Tercera ocasión, tras la supercopa (empate y bonus para Molina) y el partido de liga (3-5 aquí en Canterac en diciembre). Favorito por tanto en las apuestas era el equipo insular. Después de la final femenina y ahora, mediodía, con las gradas abarrotadas, el Molina - CPLV (1-3), no defraudaba en cuanto a expectación. Los canarios conscientes de su superioridad entraron al partido dispuestos a demostrarla y sólo los palos y la suerte, lo impidieron de salida. Claro está, y el portero. Pasados los primeros minutos de agobio el partido se calmaba un tanto, con CPLV consiguiendo frenar al huracán amarillo con muchas ayudas en defensa, juego en equipo y peligrosas contras.
Sin apenas interrupciones y cerca de finalizar la parte, en una de ellas llegaba el premio para los locales en forma de gol (0-1) min 3. Mal luminoso para los isleños, que después de dominar la parte, no querían irse al descanso perdiendo. Redoblando sus ataques, conseguían forzar una falta pucelana, pero los 21" de superioridad no eran suficientes para demostrarla. A vestuarios se iban perdiendo (0-1) y con unos porcentajes de tiros de1/6 y 0/14.
A la segunda, salieron los amarillos con 81" de superioridad y conscientes de su importancia. Sólo necesitaron once para empatar el choque (1s-1) min 19 y colocar el partido otra vez en la casilla de salida. Típica final con mucha igualdad y poco tiempo ahora, cualquier error, una nueva falta, podía significar el título. Llegaba una enseguida, canaria, que los pucelanos no consiguieron concretar por culpa de los palos. Pero mediada la parte llegaba la ocasión para CPLV y tras una gran jugada individual (1-2) min 9, que ponía a los anfitriones con ventaja. Las ocasiones se multiplicaban y la respuesta bajo palos sería determinante. Con el crono corriendo en contra de los amarillos y los nervios a flor de piel, un tiempo muerto local, relajaba tensiones y preparaba los últimos cinco minutos de partido.
Cinco minutos que no consiguieron nivelar el marcador, ni siquiera sacando Molina a su portero y que además permitía un último gol pucelano sobre la bocina a puerta vacía. El partido terminaba con la gran victoria vallisoletana, la desesperación en el banco canario y unos porcentajes de tiros recibidos de 2/16 y 1/28, respectivamente. Los goles fueron obra de M. Cabalin por Molina y de M. Pérez, E. Requena y G. Jiménez, por CPLV.
Cinco minutos que no consiguieron nivelar el marcador, ni siquiera sacando Molina a su portero y que además permitía un último gol pucelano sobre la bocina a puerta vacía. El partido terminaba con la gran victoria vallisoletana, la desesperación en el banco canario y unos porcentajes de tiros recibidos de 2/16 y 1/28, respectivamente. Los goles fueron obra de M. Cabalin por Molina y de M. Pérez, E. Requena y G. Jiménez, por CPLV.
Décimo trofeo para las pucelanos que en su pista y amparados por su gente han sabido ofrecer lo mejor de sí para imponerse a un gran y desconsolado Molina, que sin encontrar la llave, cierra un ciclo de tres títulos consecutivos. Decepción también para las huestes tricantinas, que esperaban acceder a la final y para Castellón, que sale de Valladolid de vacío, al igual que Espanya, aunque los bermellones al menos consiguieran anotar. Buen comportamiento de Rubí accediendo a semifinales.
Se ha repetido la misma competición que en la supercopa, variando solo los marcadores. ¿Significará esto un cambio de roles en la supremacía del hockey hispano? Creemos que no; una cosa es el torneo del KO y otra un playoff a tres partidos.
¡Enhorabuena a CPLV por el título!
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