La supercopa masculina también era la competición que iniciaba la temporada 2025/26, como viene siendo habitual desde hace bastantes temporadas, conjuntamente a la competición femenina, y lo hacía en esta edición en el segundo fin de semana de septiembre y como antesala de las primeras jornadas de liga élite, que se disputarán una semana después.
También repetían sede conjunta las dos supercopas, en esta ocasión en Bilbao, sede del club local participante, con su Polideportivo Zorrotza como pista y Metropolitano HC como organizador, con la inestimable colaboración del Comité de Hockey Línea de la REFP.
Sin apenas publicidad previa por parte de la Española (ocupada en otros menesteres más importantes), las semifinales se disputaban el sábado 13 por la tarde y las finales, el domingo 14 por la mañana, comenzando en esta edición 2025, con las féminas.
La Supercopa de España, según las Bases de Competición, la disputaban el Campeón de Liga como Eq 1: Molina Sport; el Campeón de la Copa de SM el Rey como Eq 2:(también Molina) y en su defecto el subcampeón CPLV; el subcampeón de Liga sería el Eq 3. y al corresponder a CPLV ya con plaza asignada, su puesto lo ocupaba el tercer clasificado de la Liga y además organizador Metropolitano quedando el lugar restante correspondiente al Eq. 4 para el cuarto clasificado de Liga, Espanya HC. Quedando emparejados 1con 4 y 2 con 3 : el campeón de liga Molina se enfrentaba al cuarto equipo, Espanya y el subcampeón CPLV, al tercero el anfitrión Metropolitano.
Semifinales.
En la primera semifinal se enfrentaban los dos equipos isleños. Y a continuación de las mujeres en la primera semifinal se veían las caras el equipo canario, vigente campeón y campeones también de Copa, de Liga y de Europa, copando todos los títulos, fy el equipo balear.
Molina 2 Espanya 1. Primer enfrentamiento de la temporada para ambos conjuntos sin ningún ensayo amistoso previo. Con los dos clubes viajando el mismo día, Molina, además se presentaba con una baja, la de su norteamericano Baldwin, importante. Mientras que los mallorquines presentaban bastantes novedades en la plantilla, pero la principal noticia era no haber podido pisar previamente suelo de plástico. Pese a la poca puesta a punto y las significativas ausencias, Molina en principio no debería tener problema para acceder a la final. Y así comenzaba el choque con dominio canario que los baleares se iban quitando poco a poco hasta conseguir forzar pronto una primera sanción canaria. Sin tiempo para aprovechar, pues enseguida eran ellos los sancionados. Tampoco Molina sacaba rédito de su tiempo de superioridad y con dominio alterno y sin arriesgar excesivamente la primera mitad atravesaba su ecuador y llegaba a su último tramo con la igualada a cero. Hasta que Espanya cometía una nueva falta que ahora sí, Molina aprovechaba para adelantarse (1s-0) min 3 y sin dar tiempo a una reacción balear una siguiente buena combinación subía su segundo gol al luminoso (2-0) min 2. Con esos dos goles de ventaja y unos rácanos porcentajes de tiro de 0/5 y 2/11, los equipos se iban a vestuarios.

Para la segunda mitad el equipo balear, con todo perdido, se iba a por el partido, y enseguida sacaba una falta al rival. Sin aprovechamiento, y apenas consumida la superioridad, se presentaba una nueva oportunidad para los mallorquines, que tampoco aprovechaban, pues era interrumpida por una sanción suya. Sin ventaja para ninguno, la excesiva cautela de los canarios permitía a Espanya hacerse con el mando del partido pero sin variación en el luminoso. Y la parte atravesaba su ecuador cuando una nueva falta balear complicaba su situación. Bien defendida, la situación daba energía a los granates ante un más cansado equipo, hoy azulón. Y el acoso daba sus frutos en el tramo final, cuando la cuarta sanción canaria por fin obtenía rédito (2-1s) min 3 y Espanya se ponía a un gol de la sorpresa. Sorpresa que no llegaba a producirse y a pesar de los esfuerzos baleares. Partido arbitrado por A. Gavila y S. Velasco que sancionaban con cuatro faltas a Molina y tres a Espanya. Los porcentajes de tiros recibidos fueron de 7/17 y 2/25 respectivamente, anotando los dos goles canarios J. Andrysek, mientras que el gol balear era obra de M. Skoupy. Molina, con muchos más problemas que en otras situaciones anteriores, se presentaba en la final.
En la segunda semifinal se enfrentaban vallisoletanos y vizcaínos
CPLV 2 Metropolitano 1. A priori, más igualada que en la anterior (segundos contra terceros), a posteriori no lo resultaba, con los pucelanos adelantándose muy pronto (1-0) min 18 y sacando buen rédito de la beneficiosa situación. Con muchas caras nuevas e importantes bajas en las dos plantillas, rápidamente los anfitriones se ponían a la labor de la remontada pero de forma precipitada, consiguiendo tan solo acumular dos, casi simultaneas. Afortunadamente para ellos los pucelanos no aprovechaban la doble superioridad, y un tiempo muerto calmaba los animos. En el equipo local, porque la joven plantilla pucelana era ahora la que cometía las faltas, tres seguidas, con 45” de doble inferioridad. También CPLV solventaba la situación sin quiebro en sus intereses entrando la parte en su tramo final. Y nuevamente la falta era local y ahora sí, los del Pisuerga anotaban en superioridad (2s-0) min 4. Con esa ventaja de dos goles y unos porcentajes de tiro de 0/13 y 2/14, respectivamente, se iban los equipos al descanso.

En la segunda mitad CPLV, se centraba en defender la ventaja, reservando fuerzas para el partido que se le venía encima y Metropolitano hacía lo imposible por remontar. Y tanto iba el cántaro a la fuente que sobre el ecuador de la parte los locales recortaban de buena jugada (2-1) min 11. Y luego, con más empeño que acierto, Metropolitano intentaba la machada, pero un gran portero pucelano cerraba cada intentona bilbaína. El zenit de la emoción llegaba a 34” de la conclusión, con una postrera falta pucelana que se zanjaba sin variación en el marcador y con el desconsuelo de la parroquia local. Partido arbitrado por D. Cañas y VM. Jiménez, sancionaban con 5 faltas a CPLV y con 4 a Metropolitano. Los porcentajes finales de tiros recibidos eran 1/20 y 2/14, respectivamente. Valladolid retornaba a la final dos años después.
Final.
Molina 3 CPLV 3(p). Tras la sorpresiva y sorprendente final femenina, la masculina era la esperada y no sorprendía a nadie. Dos equipos que se conocen muy bien y que se tienen ganas, especialmente la escuadra pucelana soportando ya muchos años de vasallaje. Mismos equipos, pero diferentes; en el caso canario por la notable baja en ataque y en el pucelano por la renovación de buena parte de la plantilla que la convertía en una de las más jóvenes de la Liga y a medio camino por conjuntar. En esa tesitura el partido se presentaba interesante, y con precaución se tomaban el inicio ambos conjuntos, con más dominio pucelano y con los isleños dejándose querer. Sería antes del ecuador de la parte cuando la primera falta pucelana propiciaba que Molina se adelantara (1s-0) min 12, encaminando un nuevo triunfo. Valadolid acostumbrado a la situación, llevaba el partido a su terreno y con mayor banquillo, endurecía el partido cayendo en la trampa los amarillos. Así llegaba la primera falta canaria; y la segunda, e inmediatamente la tercera, muy seguida que concedía casi 2’ de doble superioridad a los pucelanos. Y a la tercera va la vencida y el regalo no lo desperdiciaban los penínsulares para subir el empate al luminoso (1-1ss) min 3. El resto de superioridad no variaba el luminoso y con esa igualdad y unos respectivos porcentajes de tiro de 1/10 y 1/12, se iban los contendientes al descanso.
Con el resultado en el alero, una falta insular nada más comenzar la segunda mitad permitía a los pucelanos tomar el mando del partido en superioridad (1-2s) min 19. La tortilla se había virado y ahora la responsabilidad era amarilla. La juventud de los pucelanos se hacía notar entonces y una inoportuna falta permitía enl empate insular, restableciendo las tablas en el marcador (2s-2) min 16. Minipartido de 16’; la especialidad de un Molina en condiciones normales, pero no mermado, como ahora. Interesante por tanto el desenlace, se le notaba más suelto al pucelano y más cansado al canario. Así las cosas una nueva falta insular propiciaba un tercer tanto mesetario de forma diferida (2-3d) min 13. De cualquier forma quedaba mucho partido y ahora los nervios pasaban al bando más joven. Una primera sanción, al filo de la media mitad no tenía efecto, pero una siguiente sí y Molina no perdonaba empatando nuevamente (3s-3) min 7. Vuelta a empezar, partido nuevo y ahora los dos equipos se lo tomaban con más calma intentando no cagarla nuevamente. Tanto se calmaban que con ese luminoso finalizaba el tiempo reglamentario y también el extra, a pesar del dominio pucelano y ante un evidente cansado equipo canario. Los dos conjuntos, confiaban en sus porteros y en sus delanteros, y resolvían que fuera la suerte de los penaltis la que decidiera.
Y en ese toma y daca de 14 lanzamientos, resolvía a su favor CPLV, gracias a su joven valor A. Contreras que anotaba los dos suyos, mientras enfrente el seguro Mooney erraba tres de sus cuatro lanzamientos. Partido arbitrado por VM. Jiménez y A. Gavila que sancionaron con 5 faltas a Molina y con 4 a CPLV. Los porcentajes finales de tiros recibidos fueron de 3/28 y de 3/25 respectivamente, anotando los goles canarios A. Pérez (2) y K. Mooney mientras que los de CPLV los anotaban D. Díez (2) y A. Contreras.
De esta manera, CPLV conseguía una nueva Supercopa, la cuarta y tras cuatro años de espera. ¡Enhorabuena al Campeón!
Buena organización con gradas llenas en los partidos de los equipos locales pero no tan buena en la retransmisión televisiva con deficiencias graves en el sonido.