En esta edición, los cinco nombres de la línea están repartidos entre los cuatro equipos contendientes, dejando el de la portería en manos del equipo más goleado y sin que sirva de precedente. Con las otras cuatro arqueras a un nivel de efectividad muy similar no hay duda de que el papel de Paqui Aparici (VIL) en las Fighters, es determinante. Mientras el resto se escudan en varias líneas para poder defender a gusto a su portera, las de Vilareal van más justas de efectivos y el motor funciona mientras la gasolina llega. Tres goles de 30 disparos en 32' con un 90,0 % de efectividad son muy buenos porcentajes y hablan muy bien de su labor, aunque resultaran insuficientes para conseguir el pase a la final y menos, frente a las futuras campeonas. De estas, deben figurar en la línea Ana Sierra (CPLV) y Laura Weimann (CPLV) con dos puntos cada una y peores números que su compañera Elisa Díez (CPLV), que con cuatro (1+3) fue la máxima anotadora de la supercopa, doblando al resto de jugadoras. Con los mismos puntos que Jimena Díez (CPLV), elegimos a Ana y Laura por conseguir sus puntos en los dos partidos disputados, mientras Elisa y Jimena los lograban en el primero, pasando más desapercibidas en el último y definitivo de la final. La capitana Ana Sierra a base de un gol en la semifinal y una asistencia en la final y Laura Weimann por un gol en cada partido. Completan la línea ideal la sempiterna Judith Pareja (RUB) y capitana de las rubinesas, sumando dos puntos al aportar un gol en cada partido y por parte de Tucans, debe figurar Ariadna Alvarez (TUC) con un punto y máxima referente de las suyas siendo la responsable del único gol que anotaba su equipo en la competición (segunda semifinal frente a Rubí).
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